¿QUÉ ES DESHOLLINAR LA CHIMENEA? CÓMO Y CUÁNDO LIMPIAR LA CHIMENEA
Con la llegada de la primavera y el buen tiempo, dejamos de encender la calefacción y la chimenea hasta la siguiente temporada. Por ello, es el mejor momento para dar una limpieza profunda a los sistemas de calefacción.
¿Tienes chimenea en tu vivienda o en tu casa del pueblo? Esta entrada te interesa, ya que te vamos a explicar cómo deshollinar la chimenea antes de no volver a encenderla hasta el invierno que viene.
Deshollinado de la chimenea
Para asegurar su funcionamiento y que esté siempre en buen estado, es necesario limpiar la chimenea.
Esta limpieza profunda se lleva a cabo una vez al año, al terminar la temporada de uso. Es fundamental que no dejes sin limpiar (de un año a otro) el conducto de evacuación de humos. La finalidad de la limpieza de la chimenea es conseguir soltar, de este conducto y de las paredes, todo el hollín acumulado con su utilización.
Además de esta limpieza exhaustiva, como seguramente uses la chimenea a diario durante el invierno, te aconsejamos hacer una limpieza de mantenimiento semanalmente. Si quitas el hollín todas las semanas, impedirás la aparición de la creosota, una sustancia altamente combustible y que, además, puede dificultar el correcto rendimiento de la chimenea.
A la hora de eliminar el hollín de la chimenea, puedes escoger entre dos métodos: la limpieza mecánica y la limpieza química. A continuación, te explicamos ambas.
Limpieza mecánica
En esta limpieza, para deshollinar las chimeneas, se emplean unos cepillos llamados erizos. Estos erizos tienen una guía semi flexible que abarca toda la longitud de la chimenea. También hay erizos eléctricos, más comúnmente usados por los profesionales.
Además de estos cepillos especiales, para la limpieza mecánica de chimeneas, necesitarás: recogedores, paños de limpieza, bolsas de basura y plásticos o papel de periódico para cubrir el suelo.
Si no quieres que tu ropa se ensucie demasiado, te aconsejamos el uso de guantes de goma y un delantal. Y para que no te entre hollín en los ojos, ponte unas gafas protectoras. También puedes llevar una mascarilla durante la limpieza, si tienes alergia al polvo o a los ácaros. Con la mascarilla evitarás inhalar ceniza.
Una vez explicada la limpieza mecánica, te compartimos los pasos para limpiar una chimenea de forma mecánica, la limpieza profunda:
- Antes de empezar, confirma que la chimenea está apagada y fría.
- Dispón alrededor de la chimenea una tela gruesa, papel o plásticos. Con esta protección ensuciarás mínimamente la zona más cercana a la chimenea, como los muebles y el suelo. Si colocas la tela, podrás reutilizarla una vez lavada.
- Ponte los guantes, el delantal y la mascarilla (si la necesitas). Coloca cerca todos los útiles y productos que vayas a necesitar. Aparta toda la leña que esté a medio quemar y ubícala en un sitio donde no estorbe para seguir limpiando. Un consejo: intenta usar leña seca, produce menos humo en la combustión.
Seguidamente, con la ayuda del cepillo o una escoba, barre todas las cenizas y déjalas en el recogedor. - Con el interior del tubo dentro de la chimenea localizado, ya puedes ir introduciendo poco a poco el cepillo deshollinador para que se desprenda el hollín acumulado. Este cepillo no dañará los ladrillos refractarios. Mientras vas extendiendo el mango, frota el cepillo por el interior para que caiga el hollín. Hazlo cuidadosamente, para evitar que se suelten los tubos del conducto. Si notas menos resistencia interior, es que ya habrás desprendido gran parte del hollín. Con este cepillo, también se desprenden las resinas y la creosota. Para acabar este paso, saca con cuidado el cepillo.
- ¿Cómo recoger las cenizas y el hollín? Usa la aspiradora que empleas para el polvo en todos los rincones y juntas. Si la chimenea tiene tiro, revisa que no tenga restos y que abre y cierra bien. Si no es así, aspíralo también.
- El siguiente paso es limpiar a fondo las paredes, el techo y la base de la chimenea con el cepillo. Aplica en ellos un producto especial para limpieza de chimeneas. Para conseguir los mejores resultados, sigue las instrucciones del fabricante. En lugar de usar este producto, puedes crear una solución casera. Fabrica una pasta con vinagre diluido en agua o bicarbonato con tu lavavajillas. Administra el producto y déjalo reposar de 15 a 30 minutos. Acaba retirándolo con un paño humedecido en agua caliente.
- Finaliza la limpieza mecánica secando la chimenea con papel de periódico. Si tiene puerta, usa hojas arrugadas de periódico para desprender los restos de hollín y deja la puerta abierta hasta que la chimenea se seque por completo.
Para su mantenimiento, puedes hacer limpiezas químicas, que te contamos en el siguiente apartado.
Limpieza con métodos químicos
En esta limpieza química se emplean productos, como bolsas limpiadoras de chimeneas y leños deshollinadores, para deshollinar chimeneas que eliminan la creosota. Estos productos especiales provocan una reacción química que disuelve los residuos sólidos, tales como la mencionada creosota. Esta limpieza con métodos químicos es perfecta para el mantenimiento regular durante la temporada de uso de la chimenea.
Te compartimos los pasos para llevar a cabo la limpieza química:
- Al revés que en la limpieza mecánica, en esta limpieza química la chimenea sí tiene que estar encendida.
- El primer paso en la limpieza es prender la chimenea y dejar que se caliente durante media hora, más o menos. La finalidad de este paso es que el interior del tubo esté bien caliente para que los productos suelten el hollín más fácilmente.
- Cuando pasen los 30 minutos, añade al fuego un leño deshollinador o una bolsa (con sus envoltorios correspondientes) y déjalos arder íntegramente. Mientras se van consumiendo, la chimenea se estará limpiando. Para seguir correctamente este paso, sigue las instrucciones del fabricante.
Dependiendo del uso de la chimenea, usarás una cantidad u otra de estos productos deshollinadores:
– Uso frecuente. Si enciendes la chimenea 4 o más días a la semana, emplea tres bolsas para la limpieza semanal y un leño deshollinador de 3 a 5 veces al año.
-Uso ocasional. Emplea una bolsa a la semana para la limpieza de mantenimiento. Una vez al año, cuando termine la temporada de frío, usa un leño para realizar una limpieza a fondo. - El último paso es retirar los restos y las cenizas. Hazlo cuando la chimenea esté fría. Si aún no la notas limpia del todo, repite todos los pasos cuando pasen 24 horas.
Enciende correctamente la chimenea para ayudar a su mantenimiento
Una manera de que la chimenea funcione mejor y garantizando tu seguridad es realizando tareas de prevención y mantenimiento. Así se crean menos residuos sólidos en el interior del tubo.
- Prende la chimenea de la manera correcta empleando astillas o pastillas de encendido (las que produzcan menos alquitranes). Te recomendamos evitar encender la chimenea con papel.
- Usa siempre el combustible apropiado para cada chimenea. Una chimenea de pellets solo debe prender con pellets; y una de bioalcohol, con bioalcohol.
Las chimeneas de leña también tienen prioridades. Te aconsejamos no utilizar leña húmeda, ya que esta leña liberará menos calor en tu hogar y además generará residuos condensados.
Mejor elige leñas duras y poco resinosas, como la de encina o la de roble. Las leñas blandas, como el pino, contienen mucha resina. La resina, al quemarse, se deposita en el tubo en forma de creosota. Para evitar la aparición de la creosota, tampoco uses maderas pintadas, barnizadas ni procedentes de restos de muebles.
2 trucos para limpiar la chimenea
Para facilitarte la limpieza de mantenimiento semanal de tu chimenea, te compartimos dos trucos caseros.
El primer truco lo necesitarás para quitar las manchas persistentes de los ladrillos. En primer lugar, moja el cepillo deshollinador de chimeneas en una mezcla de medio litro de agua y dos cucharadas de vinagre. Después, frota durante unos minutos los ladrillos con el cepillo húmedo. Las manchas negras se irán eliminando.
Otra alternativa es usar bicarbonato de sodio. Crea una pasta con una cucharada de bicarbonato y un poco de agua. Espárcela sobre las manchas y déjala actuar unos minutos. Acaba retirando la mezcla con la ayuda de un paño húmedo.
El segundo truco te ayudará si tu chimenea es de cassette. Con el mismo producto que usas para limpiar el horno conseguirás un cristal perfecto. Solo tienes que dejar actuar el producto durante unos 10 minutos. Seguidamente, retíralo con una esponja ligeramente humedecida. Finaliza secando el cristal para dejarlo completamente limpio y brillante.
Qué hacer si la chimenea no se ha deshollinado en años
Si es este el caso de tu chimenea, lo mejor será que contrates los servicios de un deshollinador profesional. Garantizarás tu seguridad evitando riesgos de fuego, intoxicaciones por mala combustión y mal funcionamiento de esta calefacción.
También te recomendamos que cuentes con expertos en casos como: que tu chimenea sea antigua, no la hayas prendido en años o esté muy sucia.
Y si necesitas ayuda con estas limpiezas, contacta con nosotros.
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